TESTAMENTO



Ante la proximidad del momento en que yo deberé marchar en pos de horizontes más halagüeños y promisorios, y como dicen que es menester y obligatorio dejar a quienes se quedan con lo que no podremos cargar hasta nuestra fosa, me he visto obligado a redactar una especie de testamento donde haré constar, cláusula por cláusula, la manera en que mis "bienes" –es mi voluntad– deben ser distribuidos, cosa que, después de muerto, no hayan quejas, peleas, litigios o desavenencias que puedan enturbiar mi paso de este mundo al otro. Para expresarlo mejor, ya que en vida nunca me dejaron en paz –y conste que yo soy paceño–, quiero que al menos en muerto me dejen morir tranquilo.

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(TESTAMENTO en VISCARRA, Victor Hugo, Alcoholatum Y Otros Drinks. Crónicas para gatos y pelagatos, La Paz, Bolivia: Correveidile™, 2001, 3ra Reimp. 2006, paginas 113 - 116.)

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